El miedo en una pequeña habitación
siempre se hace presente después de un par de buenas historias de terror, la sugestión,
el terror, ideas ir y venir por tu mente, el miedo a la propia muerte, eso nos
lleva a estar tendidos en nuestra alcoba viendo a la obscura e inmensa nada.
Colocando los ojos fijos en la
ventana del segundo piso de su habitación, esperando d a que en cualquier momento
algo se apareciera ante él, fulminándolo del miedo, ya entrada la noche con el
sueño subyugando al miedo y los ojos entrecerrados, un par de luminarias al unísono
de una tenue y efímera voz acelero su corazón, -acércate – decía esa voz, el
miedo paso a una profunda tranquilidad, solo era un joven no sabía lo que
pasaba, la voz con una paz le dijo -¿me ayudas a cumplir mi misión?- El solo asintió
con la cabeza no dijo nada, -entonces ya sabes que hay que hacer- el joven se
saliendo de su cuarto, se dirigió a la habitación de su hermano.
Entrando en la habitación y
bajando los barandales de uno de los extremos de la cuna toma el pie de su
hermanito dándose media vuelta, deja caer su cabeza contra el suelo mientras lo
arrastraba hacia otra habitación, de inmediato él bebe comenzó a llorar.
Sus padres al despertar de su letargo
pensaron que solo tenía hambre él bebe, el padre se levantó voluntaria mente no
quería molestar a su esposa, al salir de su habitación encuentra a su hijo
frente a su habitación, con un cuchillo en una mano, la otra el mismo se la había
desmembrado mientras que con la sangre que chorreaba formaba un circulo con su
hermano en el centro.
Solo se repetía el ángel el ángel
entre susurros, su padre se acerca bañado en llanto mientras le decía –por qué
lo hiciste- el joven al notar su presencia tomo a su hermano del pie y con un
golpe fugaz y brutal golpeo la cabeza de su padre contra la de su hermano
pequeño dejándolo caer en el acto.
La luz se hizo presente de nuevo
el solo la vio y de nuevo “ya sabía que hay que hacer” abriendo el estómago de
su padre tomo los intestinos y los enredo en el cuello de su flagelado
hermanito, al momento que su madre iba saliendo de la habitación después de oír
tanto alboroto, se quedó sin palabras el niño llorando dijo –el ángel lo pidió-
y gritando -mamá está detrás de ti- ella voltea lentamente con los ojos
nublados en terror pero no hay nada, el joven a su espalda solo sonríe y dice -ingenua
– en voz baja, toma el cuchillo y lo entierra en uno de sus pulmones no dejando
tiempo para los gritos o llantos.
Al caer su cuerpo inerte él toma
la cabeza y la azota tantas veces como puede hasta que queda solo una masa roja
de lo que era el rostro de su madre, el padre paralizado del dolor y bañado en
llanto ve lo que ocurre, al terminar se levanta de nuevo, toma a su hermanito y
lo deja caer al primer piso, dejándolo ahorcarse con el intestino de su padre
mientras el mismo es testigo de lo que sucede.
El ángel se hace presente de
nuevo y le agradece de sus actos el emocionado dirige el rostro de su
agonizante padre –mira un ángel ¿lo ves verdad? Estaremos bien el me lo pidió-
el padre con los ojos viendo a la nada y dando su último aliento le responde –hijo
ahí no hay nada-.