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viernes, 10 de julio de 2015

La Terrible Historia De La Familia Buckley


Que tan hostil es la naturaleza del ser humano, o que tan lejos puede llegar un trauma en la psique del ser humano, que solo necesita la mínima oportunidad para sacar lo peor de él.

Esta vez veremos la historia de la familia Buckley, la cual es un gran ejemplo de que en cada mente humana hay un rincón muy obscuro donde se esconde la más cruel y aberrante persona comencemos.




Todo esto da inicio en un pequeño pueblito de estados unidos, en el año de 1889 en el cual vivía Elizabeth Buckley con sus dos hijos de corta edad John y Susan, su padre, murió en extrañas circunstancias, los rumores decían que ese hombre había sido destripado, torturado y asesinado; lo que causo que la familia de 
Elizabeth se hiciera de gran fama en el vecindario, desde esos días Elizabeth se tuvo que hacer cargo ella sola de sus dos hijos.

Tiempo después los vecinos organizaron como era de costumbre cada año  una pequeña celebración de Halloween puesto que octubre se encontraba a la vuelta de la esquina, ese año en especial se decidió hacer algo diferente, un concurso, en el cual cada uno de ellos tenía que hacer un maniquí el cual tenía que tener algo en especial, ser lo más realista posible puesto que fingirían una degollación de tal maniquí.

 La noticia conmociono a los niños, y despertó ese lado obscuro del cual todos estamos dotados, esa parte obscura que los orillo a cometer dicho acto por el cual se dieron a conocer.

Elizabeth la madre de los chicos se encontraba sentada en la terraza de su hogar, estaba leyendo un libro como ya era de costumbre en ella, de manera silenciosa, lentamente Susan se aproximó hacia su madre, en sus manos, un hacha bastante afilada, Susan tomo impulso y sin titubear ni por un solo instante corto la cabeza de su madre, la cual no pudo ni siquiera reaccionar a tan aberrante echo.

Susan sabía lo que hacía y cómo hacerlo, con un corte perfecto, puesto que su padre era leñador y le había enseñado a su hija a practicar dicha labor, John al ver la cabeza desmembrada y cubierta en sangre de su madre en manos de su hermana, sonrió de oreja a oreja, puesto que la victoria del concurso estaba asegurada.

La fecha de la fiesta y del concurso había llegado, un 31 de octubre. Los hermanos Buckley al ver que los demás niños preparaban sus maniquís, sonreían de forma burlona puesto que ellos sabían que la victoria de dicho concurso la tenían asegurada.

El concurso comenzó y los hermanos sentaron a su  madre decapitada en una silla, el asombro, las caras de susto y el desconcierto se hizo notar entre los presentes; el trabajo de los chicos era impecable, tuvo que haberles ayudado la madre pensó una de las mujeres del jurado, por lo que ella busco a Elizabeth para darle sus felicitaciones, al llegar a la residencia de la ya en ese momento occisa, encontró un enorme charco de sangre, a lo que ella asumió que se trataba de sangre falsa para el maniquí, al no saber de la madre la mujer le pregunto a los niños Susan y John, sobre donde estaba su madre, a lo que ellos respondieron sin pena alguna, que su madre se encontraba sentada ahí en la silla, con ellos.

La señora solo dio un grito de terror ante la escena de la cual era presente, la gente comenzó a correr ante tan aberrante situación, poco tiempo después la policía se hacía presente en el lugar, sin embargo a era demasiado tarde, los huérfanos se habían marchado con el cuerpo de su madre.

Días más tarde después de aquel horrido suceso encontraron el cuerpo de Elizabeth tirado en la carretera, estaba a medio comer, a excepción de la cabeza, de la cual hasta el día de hoy no ha sido vuelta a ver.



Esa es la leyenda  ahora viene un poco de verdad, Halloween no se celebraba aun en 1889, si tienen dudas, si Susan mato a su madre y fue con un hacha en circunstancias un poco diferentes.

Un día dos amigas de Elizabeth fueron a visitarla a su domicilio, Susan las atendió con toda tranquilidad, las mujeres extrañadas preguntaron por Elizabeth a lo cual Susan les respondió, que se encontraba en la parte posterior de la casa.

La escena de la que fueron testigo esas mujeres fue horrida y tenebrosa, el cuerpo de Elizabeth se encontraba tirado en el suelo, bañada en su propia sangre, -si yo le corte el cuello con eso – dice Susan mientras señala el hacha con la cual cometió tan horrido echo, en ese instante John levanta la cabeza de su madre mientras les dice –aquí está la otra parte-.

Las mujeres salieron de ese lugar, traumadas ante aquella escena, investigaciones posteriores dieron con el cuerpo de la madre ya no en la casa, si no al lado de la carretera, sin la cabeza y con el pecho a medio comer.

Después de aquel suceso John y Susan, habrían sido acusados y buscados por el asesinato de su madre y su padre el cual fue encontrado de la misma manera de la cual relata la historia.

Pero Elizabeth y Stuart no habían tenido solo dos hijos si no cinco, los cuales dos murieron antes de que se hiciera conocida la naturaleza asesina de sus hermanos; Huck Buckley el hermano mayor, se había encontrado muerto dos años antes, su cuerpo fue hallado misteriosamente en una terraza, Emma, una de las hermanas, desapareció sin dejar rastro alguno, la única que pudo salvarse fue Helen.

Se piensa que en el año de 1897 los hermanos le hicieron una visita. Helen escucho como las cerraduras de su casa eran rotas, ella fue a verificar, sus dos hijas ya en ese entonces se encontraban bien.

Y sin dar aviso alguno y con la mirada inundada en miedo se encuentra frente a sus dos hermanos menores, los cuales la tomaron por el cuello, empujándola hacia la pared de manera intempestiva; Susan y John con hacha en mano le preguntaron una y otra vez a Helen, en donde se encuentra su esposo, a lo que ella respondía cada vez, que no se encontraba en casa, en ese instante las hijas de Helen salieron de su habitación, a lo cual fueron testigos de lo que le estaba ocurriendo a su madre.

John se acercó a Helen y le pregunto, que si a pesar de ser hermanos ella les tenía miedo, ella asintió con la cabeza, a lo que Susan dijo –me has herido hermana yo nunca te haría daño- posteriormente le dio un beso en la mejilla, y ella junto con John se retiraron del lugar.

Helen por seguridad se mudó junto con su familia, y John Y Susan jamás fueron vistos de nuevo.

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